Cuando yo creí que la magia
De mi vida había acabado,
se había apagado,
Y sin quererlo en mi enciendes
radiante de luz,
Emanando ternura, descubriendo
anhelos olvidados
Y regalándome sorbos de locura.
Y llegaste tú a mi vida;
Como una ráfaga de viento,
Y como un relámpago de fuego
Al que refresca y enciende
mi alma de niña.
Y llegaste tú a mi vida
A darle sentido a mis poesías,
a poseer mi canto y voz
A llenar de desvelos mis noches
Y alborotar mis sueños con fantasías.
(Anne)