Cuando tomas la decisión de amar a alguien,
le estas dando permiso a tu corazón para salir de tu cuerpo...

viernes, 8 de julio de 2011

.¸¸.✿..ESCRIBIR ES COMO BESAR, PERO SIN LABIOS..✿.¸¸.

“Todas las cartas de amor son ridículas (...)
Pero, al fin y al cabo, 
sólo las criaturas que nunca escriben cartas de amor,
sí que son ridículas” 

Fernando Pessoa


El uso de las nuevas tecnologías está dejando a un lado la práctica de escribir cartas tradicionales, de nuestro puño y letra.
No obstante, el "e-mail" o correo electrónico nunca podrá sustituir  la magia de esa carta manuscrita, que llega con aroma a otros lugares, a veces cargadas de amor y besos, pero siempre con gran ilusión por parte de quien la envía y quien la recibe.

Recuerdo como si fuera ayer, cuando no existian estos medios tan adelantados y la única forma de mantener contacto era por correo tradicional y el teléfono. Esperaba con ansias la llegada de las cartas que mi novio me enviaba, cartas muy originales de muchas hojas, que leía con emoción a puertas cerradas en mi pieza, llenas de sentimientos, esperanzas, y sobre todo de amor. Cartas que aun conservo pegadas en mi diario de vida y que aun leo de ves en cuando y me hacen vivir esos suspiros que me hacían sentir que volaba sin tener alas. Incluso aun conservan muy levemente el perfume que el usaba.

También recuerdo que le escribía todos los días, esperando que el viviera y sintiera por medio de mis letras mi sentir. (Que lindos tiempos, que lindos momentos)

Cuando ya lo nuestro se había acabado, también las cartas me dieron la posibilidad que las ilusiones (anillo) que un día me dio, se lo mandara de vuelta como símbolo de que todo ya había terminado.

Pero no solo conservo cartas de amor, si no también algunas maravillosas de amistad, de amigas y amigos muy queridos que guardo como auténticos tesoros.

Pero hace unas semanas retome el habito de enviar de esas cartas donde te preocupas del papel, el sobre y hasta del color de la tinta del lapicero con que escribes. A medida que iban fluyendo las líneas, notaba que mi mano y mis dedos iban quedando rígidos por el dolor de la falta de práctica.  Es una pena, pero estamos perdiendo el hábito de la escritura, y por esto que quiero  rendir homenaje a esas cartas de toda la vida, que forman parte escrita de nuestra historia, y hablan mejor que  nosotros mismos acerca de nuestros amigos, amores, ilusiones o deseos.

Anímate. Toma lápiz y papel y da rienda suelta al corazón. Acompáñalo de hojas o pétalos, de perfumes o mechones  como hacían los románticos de otras épocas. Seguro que tienes alguien especial a quien escribir, y seguro que esa persona espera (aunque no lo sepa) tu carta.


Anne Pz